Naturaleza, calma y autenticidad en el corazón de la isla
Hay lugares en Menorca donde el tiempo se dilata, el paisaje se convierte en refugio y el silencio solo es interrumpido por el canto de los pájaros o el suave murmullo del viento entre los pinos. Finca Es Pi es uno de esos rincones. Enmarcada en un entorno rural a pocos minutos del encantador pueblo de Es Mercadal, esta finca ofrece una experiencia genuina de descanso menorquín, perfecta para familias o grupos que buscan desconectar del ritmo cotidiano sin renunciar a la cercanía del mar.
En Finca Es Pi, cada día empieza con vistas abiertas al campo y al cielo. Las mañanas invitan a desayunar en la terraza mientras se contempla la luz dorada bañando los campos. La piscina privada se convierte en el punto de encuentro, rodeada de naturaleza y con el espacio perfecto para relajarse bajo el sol o leer un libro con la brisa como única compañía.
Muy cerca, el pueblo de Es Mercadal ofrece lo esencial: pan recién hecho, quesos artesanos, restaurantes con sabor local y mercadillos donde se respira el carácter auténtico de la isla. Y si el cuerpo pide mar, en solo diez minutos en coche se llega a Son Bou, la playa más extensa de Menorca, ideal para nadar, caminar y dejarse llevar por la serenidad del entorno.
Más que una estancia, una forma de vivir la isla
Finca Es Pi no es solo una casa, es una forma de vivir Menorca con profundidad y sin prisas. Desde aquí, se puede explorar fácilmente el norte y el sur de la isla, descubrir playas escondidas, visitar canteras históricas como Santa Ponça, o saborear el mejor queso local en fincas como S’Arangí o Binillubet. Pero también es un lugar al que apetece volver cada día. Un refugio para reconectar con lo esencial.
Ideal para quienes valoran la sencillez bien entendida, el confort sin artificios y la belleza de lo auténtico, esta finca es la elección perfecta para disfrutar de una Menorca serena, acogedora y profundamente inspiradora.
Tal vez te puede interesar también...
- Lugares
- Actividades